Hay momentos en la
vida en los cuales todo parece ser tan normal, una cotidianidad a veces
aburrida,,, pero de eso se trata la vida, de intentar cosas nuevas, es así como
los grandes cambios a través de la historia se han dado, gracias al sentimiento
de querer novedad y esto no es inusual en la cocina.
Precisamente esto
me sucedió en un paseo, ese tipo de paseos en los que todo importa excepto la
comida, el ultimo día, tal vez queriendo algo más de lo vivido paso por la
mente de siete personas, intentar, tratar y finalmente lograr cocinar algo que
remunerara la insatisfacción alimenticia de aquellos días, como raro la primera
idea que surgió fue la de cocinar pasta, una pasta que pensábamos que sería
como cualquier otra, pero que nuestros deseos cambiaron, esta pasta fue la
manifestación de aquel paseo, de todos los conocimientos que aunque usualmente
vemos como tontos son experiencias que definitivamente nos enriquecen,
acompañadas de queso parmesano y un buen vino (Cabernet Sauvignon) dejaron
nuestro ser realmente emocionado en lo que quedaba del paseo.
Más allá de ser una
satisfacción culinaria fue la representación de un trabajo en equipo donde se
demostró que cuando hay un esfuerzo en conjunto se logra mucho más de lo
esperado y nada mejor que una buena sorpresa para un paladar ansioso.
TATIANA AGUDELO
MONGUÍ
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