domingo, 9 de septiembre de 2012


El churrasco fallido
María Camila Serrano Carrascal

La semana pasada, mi cargo en la cocina fue la comida de personal. Mi habilidad para la culinaria es nula, pero eso no lo puedo utilizar como excusa para evitar este tipo de cargos. El menú para ese día era churrasco, acompañado de croquetas de yuca y ensalada; el trabajo se desarrollaba en parejas, entonces mi compañera y yo nos dividimos la labor. A mi me tocó hacer la ensalada, a ella el chimichurri y entre las dos hicimos el churrasco y las croquetas.

Yo, emocionada porque era la primera vez que tenía la oportunidad de cocinar algo yo sola, comencé a hacer la vinagreta de la ensalada. Seguí los pasos tal cual decía la receta y cuando terminé, llamé al chef Alzate para que la probara:

- “Jaime, ven, prueba mi vinagreta, ¿está rica?”
- “A ver”

Jaime probó un poquito con el dedo y su cara lo reveló todo: estaba horrible. Enseguida comenzó a gritar: “Tráiganme agua y azúcar, agua y azúcar, por favor”. Esa fue mi primera falla. Después, al momento de hacer el churrasco, la plancha aún no estaba lo suficientemente caliente, entonces el churrasco quedó con un aspecto extraño.

Cuando Jaime lo vio, dijo “ese churrasco está sudado, no calentaron bien la plancha”. Mi compañera y yo nos miramos y nos echamos a reír. Pero eso no fue lo peor, lo peor fue cuando comenzaron a  comer todos y  a nadie le gustó la comida. Creo que ese día lo recordaré siempre, porque fue mi primera vez prácticamente sola en la cocina.

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