viernes, 14 de septiembre de 2012

El delicioso sabor de una mañana




Desde hace algún tiempo la abuela de la familia Caro se sentía muy triste, pues hace unos meses su hijo y su esposa habían decidido mudarse a Bogotá, ellos se marchaban de casa muy temprano y regresaban en la noche, sus nietos estudiaban, así que Julieta permeancia sola durante todo el día, ella desolada se sentaba todas las mañanas en frente de la ventana de su cuarto para observar la ciudad y a cada una de las personas que por allí pasaban. Tras pasar días y días descubría hermosas y maravillosas mañanas, el sol le permitía no sentirse triste y poder disfrutar  de cada pequeño detalle que lograba observar.
Sin embargo, ella notaba algo extraño, las personas comenzaban el día con una cara de estrés y mal genio, parecía que todo les molestara, y ella angustiada por esto, decidió no volver a sentarse frente a la venta por un tiempo. Pero los días pasaban y ella deseaba profundamente ver el sol y que este alegrara de nuevo sus días, empezó a observar las mañanas y notaba lo mismo, el rostro de las personas no cambiaba e iba empeorando, esto era demasiado triste pues en el pueblo en el que ella vivía las personas eran muy amables y sonrientes pese a los problemas que tenían.
Un día decidió que ella debía cambiar la situación  y pensaba que solución dar, pensaba en traer las personas de su pueblo para que juntos contagiaran de su alegría a las personas, pero  esto era muy difícil, no muchos aceptarían venir a la ciudad, pensó entonces en salir y hablar con cada una de las personas que por allí pasaban, pero esta tampoco era la solución pues la personas no tenían tiempo de hablar con ella, así que Julieta desesperada decidió hablar con su hijo para que la a aconsejara, pero él tampoco tenía tiempo, recurrió a su nuera pero ella estaba demasiado ocupada y a sus nietos no les interesó lo que ella deseaba cambiar.
 Ella muy triste no sabía ya que hacer, pero era una mujer tan dulce y tan cariñosa que logró dejar su tristeza de lado y buscar de nuevo una solución, como ella cocinaba unos postres deliciosos decidió inventarse una nueva receta y regalar un postre a cada una de las personas que por allí pasaban, su primer nuevo postre se llamó postre de natas, el cual tenía en sus ingredientes leche, azúcar, yemas y uvas pasas y un enorme cariño, pues deseaba profundamente enamorar a las personas de la vida y hacerlas realmente felices. De esta manera, empezó a regalar en la mañana un postre a cada persona, ellas quedaron tan encantadas con este que cada mañana pasaban por allí para probarlo de nuevo, Julieta al ver esto y el cambio en la actitud de las personas para comenzar el día decidió inventarse un nuevo postre al cual llamó brevas con arequipe, este endulzaba de nuevo los días de las personas y las hacía sentir una felicidad inexplicable. Fue tanto su éxito, que el número de personas diarias aumentaban cada vez más y esta fue su inspiración para inventar las fresas con crema.
Se sentía tan alegre de poder haber cambiado la actitud de las personas con tan solo un pequeño postre en la mañana, que Julieta en realidad deseaba poder seguir llenando la vida de las personas de felicidad en todo momento, pero deseaba a un más poder compartir  con su familia un pequeño postre y que ellos tuvieran tiempo para ella, decidió entonces  abrir todo su garaje y ofrecer otro plato que lograra cambiar a las personas de aquella ciudad. Como su inspiración era el sol, se le ocurrió inventar un plato que fuera llamativo, de un color  vivo, alegre y lo más importante que lograra cautivar a cada una de las personas de amor y tiempo para disfrutar los momentos y los detalles más bellos de la vida, como la familia.
De esta manera se invento el Ajiaco, elaborado con pollo, papa criolla, papa sabanera, papa pastusa, mazorca, guascas y con el ingrediente más importante el amor, de una manera sorpréndete las personas no dejaban de visitar su pequeño garaje para probar y deleitarse con tan maravillosos platos. Su familia al probar esto sorprendentemente también cambio y lograron darse cuenta de lo importante que era su abuela en el hogar y la unión que ella representaba.
Julieta logró cambiar la situación tan triste que vivían los ciudadanos de Bogotá  y por este motivo actualmente los anteriores son platos representativos de la cultura bogotana y es en razón a ellos que las familias se reúnen con amor para disfrutarlos.

LAURA VIVIANA APACHE ALVAREZ

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