viernes, 14 de septiembre de 2012

Cocinando con el corazón


Cocinando con el corazón

Desde pequeños nos enseñaron que para tener fuerzas y crecer debíamos alimentarnos bien; creo que esto no fue solo en mi familia a muchos cuando éramos niños nos contaron esta historia y era tal vez esa frase de mi abuela diciendo: “si no comen todo, se quedarán pequeños” o las amenazas de mi mamá de quien no entregara el plato desocupado no podría jugar las que hacían que obedeciéramos dejando el plato desocupado. Luego no fue una obligación si no un placer sentarnos en la mesa y deleitar uno a uno los platillos que preparaba “mi abu”,  así fuimos creciendo día a día y entonces la hora de la cena era la más esperada pues aunque ya no hacíamos carreras con mi hermano y mis primos de quien primero acabara su comida;  ahora compartíamos  una a una nuestras experiencias del día y reíamos hasta que nos dolía el estomago.

Mi abuela materna es sin lugar a duda el símbolo de la cultura gastronómica en mi familia, ha sido ella la pieza clave para nuestras vidas. Ella no solo enseño a cocinar a sus hijas, si no también le enseñaba a sus nueras, a sus primas, a sus vecinas…  Su amor por la cocina se podría llegar a comparar con el amor que le tiene a su familia; cada cosa que prepara incluso un simple café es único: su aroma, su sabor, la forma en que lo sirve… Estoy segura que cada en plato que prepara pone una parte de su corazón y es esto el toque secreto para que no sepa igual a ningún otro.

Barbarita como todos la llamamos nació en Sutamarchan-Boyaca y es esta la razón principal por la que su cocido Boyacense es el más delicioso de todos.  Ella es un libro de secretos, solo ella sabe en qué momento exacto echar la papas criollas y los nabos para que no se diluyan, que clase de carne hará que el sabor del cocido perfecto ; pero la mejor parte es verla enseñar, su cara muestra el esfuerzo y el amor con que lo hace, al final prueba lo que has cocinado y aunque este mal siempre dirá:  “nada mal para ser la primera vez” y a continuación te dirá una a una las cosas que debes mejorar para la próxima ocasión . Aun no ha llegado mi turno para aprender a hacer el cocido, pero espero con ansias ese día y me da gusto saber que con ella no morirá esta tradición en mi familia.

Lina Maria Castellanos Castillo

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