viernes, 14 de septiembre de 2012

Inicios en la Cocina



Desde que tengo memoria en mi vida ha existido una persona muy especial y que siempre me ha apoyado en todo lo que he querido y de las personas que más me ha apoyado cuando de cocinar se trata, esta persona es mi abuelita Stela quien se dio cuenta desde que era muy chiquito que me gustaba mucho estar metido en la cocina con ella.

Me acuerdo acompañándola para hacer tortas, simplemente me sentaba al lado de ella y esperaba que terminara de batir todos los ingredientes y mi premio era limpiar el escudo de la batidora con los dedos y comerme toda la masa que se quedaba ahí pegada, pues bien, después de pasar los años me iba interesando por otro tipo de cocina, y fue cuando empecé a preparar el desayuno de mi mama y de mi hermano los domingos, innovando e inventándome cada vez cosas diferentes que me quedaban deliciosas y ellos me lo decían.

Ya cuando estaba en décimo y once me empecé a meter a la cocina del chalet donde pasábamos los fines de semana, y donde tanto mis tías como mi abuelita siempre llevaban recetas para preparar, aunque mi día preferido era los sábados donde las empleadas hacían los frijoles con patacones, guiso y todo lo necesario para hacer los mejores frijoles los cuales me los siguen preparando cada vez que bajo a Armenia.

Mi papa también se dio cuenta del interés que tenía yo por la cocina y fue cuando me propuso que entráramos los dos a unos cursos en un restaurante  de cocina thai, y esto me gusto mucho y comencé a practicar este tipo de comida, la cual también me quedaba muy rica y se lograba con esto una integración de toda la familia, igual que ha hecho mi abuelita toda la vida.

Luego me gradué y fue después de unos años que me di cuenta que la cocina me motivaba que cuando estoy cocinando, la disciplina y el buen trabajo son cosas de todos los días y después de eso fue cuando decidí entrar a estudiar Gastronomía en la escuela Mariano Moreno, allí fue donde me formaron como cocinero pero como todo en la vida, no todas las cosas se aprenden solo en una escuela, sino en la práctica, trabajando.

Después de empezar a estudiar mi mama gracias a una amiga de ella que conocía a un chef dueño de un restaurante, me dijo que si quería empezar a trabajar y le dije que sí y las cosas se dieron como tenía que ser y fue cuando entre al restaurante Alfredos Bistró que quedaba ubicado en Usaquén, el fuerte del restaurante era una fusión entre Italia y Estados Unidos utilizando ingredientes creole, tanto Alfredo, el chef del restaurante, como los cocineros con los cuales trabaje, se convirtieron en mis verdaderos mentores en la cocina, son las personas que a medida que uno trabaja le enseñan mañas o trucos para que el trabajo rinda y quede, lo mas perfectamente posible, fue aquí donde realmente me di cuenta como es el funcionamiento de una cocina.

Pues bien después de haber estudiado un año en la Mariano ya pasaba a tercer semestre y fue ahí donde decidí cambiar mi enfoque gastronómico y entre a trabajar a otro restaurante que preparaba otro tipo de comida completamente diferente, pero con la cual yo me sentía muy a gusto, este restaurante se llama Local y preparaba comida colombiana, ahí estuve un tiempo hasta que recibí mi cartón de cocinero y fue en este momento cuando quise buscar mi propio enfoque y fue en los asados donde encontré lo que en verdad me apasionaba y cuando tengo tiempo suelo hacer asados en Armenia, bien sea a mi familia o porque me contrata gente conocida y es una pasión que estoy dispuesto a explotar cuando tenga la oportunidad.

MATEO MENESES 

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